Una historia y un futuro apasionantes
Desde sus comienzos en 1995, la Fundación Empresa y Sociedad ha sido un faro de innovación y cambio social. A lo largo ya de 29 años, hemos sido testigos y partícipes de una evolución constante, intentando adaptarnos a las necesidades cambiantes del mundo de la empresa y la sociedad, ambos inseparables. Ha sido un concierto quizá para una minoría, gracias a los solistas, músicos, coro y público. Un concierto de música coral.
Nuestro viaje comenzó con la visión de crear un puente entre las empresas y las necesidades sociales más cercanas a las empresas, algo impensable entonces. No las necesidades sociales en general, sino las propiamente dichas.
Las empresas no prestaban atención a la integración social ni al empleo de personas vulnerables, que fue una de las prioridades iniciales. Tampoco sabían qué era el voluntariado ni la cofinanciación de proyectos en colaboración con empleados. Sin embargo, todo ello era habitual en el mundo anglosajón. Incluso las obras sociales de las cajas de ahorros se concentraban entonces en exposiciones y conciertos, dirigidas por antiguos directivos previo paso a su situación de jubilación.
Por otro lado, las organizaciones sociales no se planteaban colaborar con empresas, por su identificación con el "malévolo" mercado al principio y después por su desconfianza en lo que hoy llamaríamos socialwashing.
Así que en los primeros años, afrontamos la apasionante tarea de apostar por introducir una idea tan ambiciosa como la de la acción social empresarial, sin más recursos que nuestra ilusión.
Nos centramos en establecer sólidas bases de colaboración, fomentando el diálogo y la acción conjunta entre empresas y organizaciones sociales. Contamos con ayuda de empresas multinacionales cuyas filiales españolas participaron activamente y, sobre todo, de entidades asociativas de empresas inspiradas en lo que nos inspiraba a nosotros pero que en su caso era ya una realidad: la Charities Aid Foundation (CAF) y Business in the Community, ambas en el Reino Unido.
Tras cinco años de travesía del desierto, la Fundación empezó a ser referencia en un nicho en el que era única: la acción social y la responsabilidad social de la empresa, impulsando iniciativas y ayudando a empresas y organizaciones sociales que fueron la semilla de la realidad actual en este campo.
Tras unos años de vientos favorables y un intenso trabajo de equipo, ya se había producido una transformación a todos los niveles. La formación y el empleo de jóvenes y personas vulnerables, incluyendo nuestro querido mundo de la discapacidad, formaba parte de la actividad de las principales empresas. Proliferaban los programas de voluntariado. Empezaban las campañas de comunicación y captación de recursos para proyectos sociales apoyados por empresas. La obra social de las cajas de ahorros giraba en torno a lo social, más allá de su tradición cultural. Las organizaciones sociales no solo se sentían cómodas con las empresas, sino que construían alianzas.
Había procesos y metodologías, e incluso índices bursátiles internacionales que facilitaban la operativa, la medición y la comunicación de las empresas más comprometidas. Adquirían carta de naturaleza los actuales informes de sostenibilidad, con lo que había una cierta competencia. Fuimos pioneros en ayudar a las empresas a editar sus primeros informes en España. Con toda una anécdota: una empresa cotizada que todos conocemos lo publicó con nuestro apoyo a fecha 30 de noviembre para anticiparse a lo que otras después publicaron a fin 31 de diciembre y dejar claro que ellos habían tomado la delantera.
La Fundación empezaba a competir en la elaboración de estrategias y gestión de actividades de planes con consultoras y escuelas de negocios. Pero una fundación no se concibe para competir con empresas, así que llegaba el momento de cambiar de rumbo hacia otras áreas menos exploradas del binomio empresa y sociedad.
A partir de 2009 empezamos a explorar nuevos rumbos. Queríamos incorporar lo ya aprendido en el mundo social, que forma parte del ADN de la Fundación desde sus orígenes, pero evolucionar hacia líneas nuevas abrazando además la nueva sociedad que parecía que iba a ser más digital más longeva y con grandes proyectos globales. Así que poco a poco fuimos descubriendo e incidiendo en tres líneas: el mundo digital de las empresas más jóvenes, la reinvención continua que requiere la longevidad y la filantropía internacional.
Hoy impulsamos la digitalización empresarial mediante una actividad divulgativa y a través de un marketplaceB2B que conecta soluciones digitales y necesidades empresariales. Nos posicionamos como un observatorio de soluciones digitales disruptivas para empresas. Nuestra misión es conectar estas soluciones con directivos empresariales, universalizando la innovación ya que diversificamos la interlocución hacia áreas clave como Operaciones, Marketing, Ventas, Recursos Humanos o Sostenibilidad. Incluimos a las organizaciones sociales, que también tienen necesidades de digitalización.
Este área se basa en una comunidad de scaleups, un espacio donde sus fundadores comparten experiencias y se ayudan en los temas claves de su crecimiento como empresas. Este enfoque colaborativo es fundamental para el éxito de las scaleups, de las empresas que usan sus habitualmente sus productos y de la propia Fundación.
En el ámbito de la longevidad, promovemos la reinvención personal y profesional continuas, en conocimientos y en habilidades, a todas las edades pero especialmente para personas entre de 30 a 40 años. Nuestro objetivo es preparar a personas curiosas y proactivas para un futuro más digitalizado, ayudándoles a comprender la importancia de la adaptabilidad en un mercado laboral en constante cambio.
El área se basa en GeniorXallenge, un programa formativo y gamificado creado a partir de los retos que plantea la longevidad y que usan tanto empresas como personas a nivel particular.
Nuestro pilar de la filantropía internacional facilita la donación de personas y empresas a causas y entidades globales. Se trata de que ellas solo se ocupen de donar ya que la Fundación se encarga de todos los aspectos de cumplimiento normativo y fiscal en los países de origen y destino de las donaciones.
Así, la Fundación simplifica el proceso de colaboración con programas filantrópicos internacionales, eliminando barreras y aprovechando las soluciones digitales para ampliar el impacto de la generosidad. Todo ello como socio en España una red internacional de fundaciones facilitadoras en distintos países, principalmente Transnational Giving Europe.
Por si prefieres verlo y escucharlo:
Nuestro camino ha sido posible gracias a la confianza y el apoyo de personas y entidades a lo largo de los años. Gracias a amigos y familias.
Cada paso adelante ha sido un avance colectivo, una suma de voluntades que han creído en nuestra misión y han contribuido al desarrollo de todos.
Hoy, a las puertas de los 30 años que celebraremos en 2025, miramos hacia el futuro con pasión. La evolución no se detiene, y nosotros tampoco. Invitamos a las empresas y personas especiales del mundo de la innovación, la reinvención y la filantropía global a unirse a este viaje hacia un futuro mejor, un futuro que construimos juntos, día a día, con pasión y compromiso. Cualquier directivo descubre enseguida la relación entre las tres líneas. Es cuestión de edad...
La Fundacion Empresa y Sociedad seguirá apostando por ser un catalizador de cambio, un punto de encuentro donde las ideas se transforman en acciones y donde el potencial empresarial se alinee con el bien social. Juntos, seguiremos intentando crecer y generar un impacto positivo en el mundo en los nichos en los que trabajamos.